En plena polémica sobre los casos de electricidad y gas, el reporte de la consultora Ecolatina subrayó que el incremento de las asistencias viene duplicando el ritmo de la inflación.
Frente a los conflictos registrados en el Gobierno nacional sobre qué hacer con las tarifas de electricidad y gas de cara al inicio del invierno, la consultora Ecolatina registró que los subsidios económicos se dispararon más del 100% durante el 2020 y crecieron casi 80% interanual en el primer trimestre de este 2021.
La entidad privada indicó que el crecimiento de los subsidios viene duplicando el ritmo de la inflación, al tiempo que justificó la expresión del ministro de Economía, Martín Guzmán, quien sostuvo que el cuadro tarifario actual es «pro-rico».
Desde Ecolatina se explicó que los subsidios vienen ganando cada vez más peso como porcentaje del Producto Bruto Interno, al pasar de 1,6% en 2019 a más de 3% este 2021.
«Esta dinámica encendió algunas luces de alerta hacia el interior del Ministerio de Economía, desnudando las distintas miradas existentes», precisó la consultora en su informe.
De igual manera es que se detalló que la Administración Pública Nacional paga actualmente subsidios por la importación, generación, transporte y distribución de energía eléctrica y gas; por el consumo residencial de garrafas; al transporte automotor, ferroviario y aerocomercial y a otros (sector agropecuario e industrial, provisión de agua y saneamiento y otras empresas públicas).
De estas transferencias, las que tienen un mayor peso son las destinadas a abaratar los servicios energéticos, disociando el costo de la electricidad y el gas del precio pagado por los hogares, a lo cual hizo referencia días atrás el ministro Guzmán.
El año pasado, los subsidios energéticos representaron tres de cada cuatro pesos gastados en transferencias económicas corrientes a empresas públicas, fondos fiduciarios y el sector privado, equivalentes a casi el 2% del PIB.
Estas transferencias buscan evitar que los movimientos en los costos del servicio (vinculados a las condiciones de producción, el tipo de cambio y los precios internacionales) afecten a las tarifas.
El volumen de los subsidios depende inversamente del precio de electricidad y gas pagado por los hogares. Los aumentos en el precio unitario que pagan los consumidores reducen el monto que desembolsa el Sector Público por cada kw o metro cúbico de gas utilizado.
Pero, además, porque el uso de energía es sensible al precio (por ejemplo, la demanda residencial trepó 76% entre 2005 y 2015, mientras que el PBI corriente subió la mitad). Por este motivo, al elevar el precio de estos servicios se reduce su consumo, disminuyendo el monto total a financiar por el Tesoro.
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