La actriz de la exitosa comedia habló tras la desvinculación del proyecto teatral y apuntó directo a Francella; Axel Kuschevatzky y Diego Alarcón.
uego de que los 6 actores que conforman el elenco principal de Casados con Hijos lograron ponerse de acurdo y coordinar su agenda para llegar al proyecto teatral, la baja inesperada de Érica Rivas y la filtración de una conversación via mail hizo saber que las relaciones entre la actriz y el equipo no era la mejor.
De un lado acusaban que la desvinculación de Rivas era una cuestión monetaria, mientras que del lado de la actriz no había contestación. Hasta el día de hoy, que en una extensa entrevista para Pagina 12, finalmente la interprete contó su verdad.
«Eso es algo que quiero que quede claro, yo no me fui, yo quería hacer ese proyecto, a mí me echaron. Me sacaron de las fotos de promoción, de la marquesina del teatro que ya estaba lista. Y lo hicieron por whatsapp»
Con una frase contundente la actriz comenzó a narrar lo sucedido y exclamó: «Eso es algo que quiero que quede claro, yo no me fui, yo quería hacer ese proyecto, a mí me echaron. Me sacaron de las fotos de promoción, de la marquesina del teatro que ya estaba lista. Y lo hicieron por whatsapp a la vez que hacían público un mail privado», dijo solo para luego sin posturas hablar abiertamente de lo que sucedió con ella y su personaje, uno de los más queridos por el público que sigue la sitcom.
Luego contó el motivo del conflicto que refiere a aquel mail donde había unos guiones para las promociones de la obra que debían grabar para la radio y donde ella, realizó observaciones en cuanto al tono y remate de los chistes, que a su parecer, ya no corren en estos tiempos.
«Mirá lo que es el pacto de hombres, porque se lo mandé a hombres –los productores, los guionistas (Axel Kuschevatzky y Diego Alarcón) y el director (Guillermo Francella, también protagonista) eran todos hombres- después de haber hablado con todos y cada uno. Y eso no fue dicho. No tenía ningún aliado. Porque cuando hicimos la serie en la televisión dirigía Claudio Ferrari y él es un tipo que le gusta el teatro, que a mí me ayudó muchísimo a montar el personaje, a decir lo que quería decir…»
“Yo pedía que buscáramos opiniones, una asesoría. Ese mail lo mandé después de que me llegaran unos mini guiones para hacer avances por radio y la verdad es que no entiendo cómo a esta altura de la historia vamos a seguir riéndonos de los bigotes de una mujer”.
«Yo me sentía como en esas reuniones donde decís: ‘Che, a ver si un día lavan los platos ustedes’. Y te dicen: ‘¡Uhhh, qué hincha pelotas!’»
Preocupada por el tono machista de los chistes de los Argento, Rivas propuso en esas charlas la incorporación de una guionista: habló, por ejemplo, de Malena Pichot y Charo López. “Eran todos hombres: los productores, los guionistas, la dirección… Entonces, ¿cómo no buscar otra mirada? ¿No podían poner a una mina? No, no -remarcó-. Yo me sentía como en esas reuniones donde decís: ‘Che, a ver si un día lavan los platos ustedes’. Y te dicen: ‘¡Uhhh, qué hincha pelotas!’. Así me sentía. Porque, chicos, estaba diciendo una boludez, algo lógico, que se cae de maduro; no estaba rompiendo todo. Tal vez hubiera tenido que hacerlo”.
“Me comí que el director (por Francella) me dijera feminazi, que estaba demasiado alterada»
Luego apuntó directamente a su co-equiper, protagonista y quien iba a dirigir la obra en su versión teatral, Guillermo Francella: “Me comí que el director (por Francella) me dijera feminazi, que estaba demasiado alterada. Y mi transpiración llegaba desde el cuello a los pies”, confesó Érica sobre el actor, quien con su Pepe Argento lograba los momentos más efectivos de la serie en su contrapunto con María Elena.
“Lo que me salió fue decir: ‘Mirá, estás equivocado. Yo te aconsejo que no lo digas nunca más. Esta palabra no la digas nunca más’ -respondió Rivas-. Eran reuniones con peces gordos. Producción, dirección, algunos diciéndome ‘sí, tenés razón, claro’. Y después me llega ese guión donde el único chiste es que una mujer no se depila. Te digo que el mail que mandé era más largo y no se animaron a leerlo (se ríe). Es agresivo, es verdad, pero porque venía muy cansada, de muchas conversaciones”.
“Yo no me fui. A veces me felicitan por haberme ido. Y no, no me fui. ¡Me echaron! Intenté hasta último momento y me dijeron que no”
“Yo no me fui. A veces me felicitan por haberme ido. Y no, no me fui. ¡Me echaron! Intenté hasta último momento y me dijeron que no”, concluyó enfática.
Además, Érica hecho luz sobre un mote que le pesa, pero ya no tanto porque entiende que la lucha continua y ella no mira a un costado y que la «Fama de loca, de problemática. Porque tengo problemas para desnudarme en cámara ¿y soy yo la problemática? O porque no quiero quedarme callada”, es parte de ese camino que comenzó a andar hace muchisimos años.
«Antes de Ni Una Menos éramos poquitas las feministas, más entre las actrices. Ahora mismo me siento bastante sola pero en aquel momento era mucho más difícil todavía»
Sin embargo, a pesar del movimiento de mujeres que cada vez se hace más extensivo, afirma que se siente sola: » Me pasaba en la facultad que escuchaba a Freud y no podía creer que nadie dijera nada, éramos 98 por ciento de mujeres y nadie decía nada. Recién después, cuando las conocí a Liliana Felipe y Jesusa Rodriguez, cuando conocí a directoras y guionistas más del palo, empecé a entrar en otro lugar, en otro ambiente donde se podía pensar de otra manera. Antes de Ni Una Menos éramos poquitas las feministas, más entre las actrices. Ahora mismo me siento bastante sola pero en aquel momento era mucho más difícil todavía». Cerró.
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