junio 30, 2025

Crítico informe sobre la política financiera de Milei del JP Morgan, el mayor banco de EE.UU.

Sede del JP Morgan en Nueva York. REUTERS/Mike Segar. Imagen: 1/1

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Las luces de alerta que se venían encendiendo sobre el esquema cambiario y financiero de la Argentina terminaron por provocar un cambio inesperado en Wall Street. Desde la principal plaza financiera del mundo, el JP Morgan comenzó a desarmar parte de sus inversiones en pesos y recomendó el viernes a sus inversores «dar un paso atrás» en sus posiciones en letras de capitalización (LECAP) que vencen en 50 días.

«Mantenemos una visión constructiva sobre las perspectivas de mediano plazo de Argentina, considerando la desinflación y el avance fiscal. Sin embargo, con el pico de ingresos agrícolas ya atrás, la probabilidad de salidas continuas por turismo, posibles ruidos electorales y cierto bajo rendimiento del peso que motivó intervenciones cambiarias en el dólar futuro, preferimos dar un paso atrás y esperar mejores niveles de entrada para volver a posicionarnos«, dijo el banco.

Bajo el título «tómandose un respiro«, el informe elaborado por los economistas de mercados emergentes del mayor banco de Estados Unidos representa un volantazo respecto de abril, cuando tras la salida del cepo recomendaron de inmediato subirse al carry trade. Esto es vender dólares ante la expectativa de que el tipo de cambio se iba a mantener estable o bajar (el gobierno prometía que iba a llegar a $ 1.000) para comprar bonos con plazo hasta el 15 de agosto de 2025, y obtener una tasa de interés superior a la inflación y el movimiento del dólar.

Siguiendo esa estrategia, la entidad ingresó en esa operación el 15 de abril, días después del régimen de flotación anunciado el 11 de abril por el gobierno a cambio de un préstamo de US$ 20.000 millones del Fondo Monetario. El pronóstico era que el nuevo esquema estabilizaría las expectativas cambiarias, con la banda superior (de $1.400) funcionando como un respaldo creíble en medio de un «sólido» aumento de reservas; la liquidez de pesos se mantendría acotada; y se esperaban flujos de divisas del agro.

Así, pese a la apreciación real del tipo de cambio, JP Morgan vio un escenario «favorable» para comprar bonos a través del Contado Con Liquidación (CCL) -en ese entonces a $ 1.232-, ya que el Gobierno aún no había eliminado los controles de capitales para inversores extranjeros. La expectativa era que la brecha entre el CCL y el dólar oficial fuera prácticamente nula. Por ello, la postura fue inclinarse por un carry trade de corto plazo, considerando la estacionalidad y los riesgos electorales.

Pero en las últimas semanas la entidad comenzó a encender luces de alerta por la salida de dólares por turismo y las reservas «planas» -como informó Clarín-, y finalmente el viernes dio marcha atrás. «Estamos tomando ganancias en nuestra recomendación larga de LECAP…mantenemos una visión positiva sobre las perspectivas de mediano plazo de Argentina, pero preferimos reducir exposición por el momento», indicó el reporte.

Entre los acontecimientos recientes que justifican una postura «más cauta» en el corto plazo, el banco menciona:

1) «El peso estuvo entre las monedas con peor desempeño en mercados emergentes durante los últimos dos meses en términos de retornos spot, mientras que la mayoría de las divisas se apreciaron en ese período. Esto ocurrió durante algunos de los meses más favorables en términos de estacionalidad», sostuvo.

2) «Ruidos electorales«: el Gobierno viene insistiendo en el freno en la baja del riesgo país (hoy, en 714 puntos) es por el temor al regreso del kirchnerismo.

3) Rojo externo: si bien el ministro de Economía, Luis Caputo, dijo que el déficit de cuenta corriente en el primer trimestre es «absolutamente sano razonable», la proyección oficial de un desequilibrio del 2% del PBI en 2025 (unos US$ 14.000 millones), mayor a lo previsto -tal como anticipó Clarín-, tuvo repercusiones en el mercado. «La preocupación está en aumento después del numero del rojo externo», reconocieron en otra entidad de Wall Street.

Hay otros movimientos que atentan contra un dólar estable que aliente las inversiones en pesos. Tal es el caso del salto del tipo de cambio mayorista del 4% en las últimas 8 ruedas (casi el doble del rendimiento del 2,5% mensual de los bonos en pesos); la finalización este martes de la baja de retenciones a la soja (lo que desalentará el ingreso de divisas del agro); y la fuerte intervención sobre el dólar futuro en mayo por casi US$ 2.000 millones (lo que plantea dudas sobre el nivel actual del dólar oficial, de $ 1.200).

Tampoco ayuda la decisión de la semana pasada del Morgan Stanley Capital International (MSCI) de no poner en zona de recalificación a la Argentina. Así todo, el JP Morgan estimó hace unos días que si se levanta completamente el cepo a fin de año, las acciones locales podrían repuntar. Pero a la vez el CEO de la compañía, Jamie Dimon, pronosticó a fines de mayo un escenario global de mayor riesgo: «Van a ver una crisis en el mercado de bonos», dijo a The Wall Street Journal.

A mediano plazo, el banco sigue confiando en la desinflación con un IPC en mayo rompiendo el umbral del 2 %, menores riesgos por el levantamiento de los controles de capital y un superávit fiscal primario acumulado hasta mayo del 0,8 % del PBI. «Sin embargo, con la estacionalidad positiva llegando a su fin y las elecciones acercándose, preferimos tomar ganancias y esperar mejores niveles de entrada para reanudar operaciones alcistas en los mercados locales», dijo el último viernes la entidad financiera.