El rechazo de la ley “Bases” precipitó la interna de la UCR y la reaparición de los radicales K. El primero fue el ex ministro de Cristina Kirchner, Martín Lousteau, que hoy preside el Comité Nacional partidario. Emitió un documento exigiéndole a Martín Menem que completara la integración de la comisión que dictamina los DNU. Menem se enojó y le enrostró que no había abierto la boca durante el kirchnerismo sobre la bicameral. En “off” allegados a Lousteau dieron a entender que se trataba de un ardid para poner en agenda otros DNU y demorar el de Milei. Le hubieran avisado a Menem.
Radicales K II
Otra que se enojó con Martín Lousteau fue la diputada radical Pamela Verasay. Difundió el viernes una declaración asegurando que «el rechazo completo (del DNU) huele más a capricho que a convicción. Quedarnos con el mismo discurso que el kirchnerismo, no solo es errado, sino que también va en contra de las demandas de nuestros votantes». Verasay está vinculada en la interna al gobernador de Mendoza Alfredo Cornejo, que es uno de los mandatarios más enfrentados con Lousteau, porque tienen que pagar sueldos y ven que la confrontación con Milei les complica la gestión.
Radicales K III
Otro radical K que reapareció fue el primer vicepresidente de Cristina Kirchner y hoy diputado Julio Cobos. En medio del conflicto de Milei con los gobernadores y con los docentes por el fondo nacional de incentivo presentó un proyecto para prorrogarlo durante cinco años. Otro que tuvo la misma idea fue Máximo Kirchner que presentó un proyecto para que la Nación pague parte de los sueldos de los docentes provinciales. Ambos quieren torcerle el brazo a Milei nuevamente en el Congreso. Si lo lograran, al presidente sólo le quedaría el recurso del veto y se abriría un conflicto de poderes.
Peronistas K
Pero no sólo el radical Cobos quiere que el gobierno nacional siga pagando el incentivo docente. En el Senado dos peronistas K, Lucía Corpacci y Guillermo Andrada, ambos de Catamarca, quieren prorrogarlo por dos años. Ambos son catamarqueños y ambos están identificados con CFK. Lo llamativo es que el gobernador de su provincia y también peronista aunque no K, Raúl Jalil, se sumó a una iniciativa de paz de su colega salteño, Gustavo Sáenz, para limar diferencia entre los mandatarios provinciales y el gobierno nacional. No sólo hay radicales enfrentados, También los hay peronistas.

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