
El economista y senador Rodrigo Paz Pereira, de 58 años, se consagró este domingo como nuevo presidente electo en Bolivia.
El economista tarijeño, de tendencia liberal moderada, se impuso con el 54,5% de los votos al exmandatario Jorge “Tuto” Quiroga. Su triunfo marca el comienzo de una nueva etapa política tras 20 años de dominio del MAS.
Bolivia abrió un nuevo capítulo en su historia política. El economista y senador Rodrigo Paz Pereira, de 58 años, se consagró este domingo como nuevo presidente electo al imponerse en la segunda vuelta con el 54,55% de los votos frente al 45,44% obtenido por el exmandatario Jorge “Tuto” Quiroga, de la alianza Libre. Con el 97,6% del escrutinio del Tribunal Supremo Electoral, la tendencia resultó irreversible.
El triunfo de Paz, de tendencia liberal moderada y heredero político del expresidente Jaime Paz Zamora, pone fin a dos décadas de predominio de la izquierda en el poder y marca el inicio de una etapa de transición tras el ciclo encabezado por el Movimiento al Socialismo (MAS), primero con Evo Morales y luego con Luis Arce.
La jornada electoral transcurrió con normalidad y alta participación, según confirmó el Tribunal Supremo Electoral, que calificó los comicios como “tranquilos y sin incidentes mayores”. El nuevo mandatario asumirá el 8 de noviembre, para un período que se extenderá hasta 2030.
Nacido en Santiago de Compostela durante el exilio de sus padres, Paz es economista y tiene estudios en relaciones internacionales. Fue diputado, concejal y alcalde de Tarija entre 2015 y 2020, y actualmente se desempeña como senador por Comunidad Ciudadana (CC), la fuerza opositora del expresidente Carlos Mesa.
La carrera de Rodrigo Paz
En 2015 logró un resonante triunfo municipal al derrotar al MAS en su bastión tarijeño, y desde entonces se consolidó como un dirigente pragmático con fuerte presencia territorial. Su ascenso nacional sorprendió incluso a las encuestas: en la primera vuelta del 17 de agosto, contra todo pronóstico, quedó primero, y volvió a repetir la hazaña en el balotaje.
Su campaña se centró en el lema “Capitalismo para todos”, una propuesta que combina medidas de corte liberal —como la baja de impuestos y aranceles para la importación de tecnología— con una fuerte impronta distributiva: prometió destinar el 50% del presupuesto nacional directamente a las nueve regiones bolivianas para fomentar la autonomía económica local.
También propuso créditos blandos para emprendedores, la legalización de vehículos “chutos” (sin papeles), y una revisión del rol del Estado, al que definió como “una tranca para el desarrollo”. Prometió además resolver la crisis de combustibles y evitar la dependencia de los organismos financieros internacionales: “No quiero que Bolivia sea esclava de ningún banco extranjero”, declaró durante la campaña.
Amplios sectores
El éxito de Paz se apoyó en un voto transversal que incluyó amplios sectores populares, especialmente en áreas rurales y periurbanas donde tradicionalmente el MAS concentraba su poder. Analistas destacan su capacidad de dialogar con distintos actores sociales, su presencia constante en territorio y su tono conciliador, en contraposición con la confrontación política que marcó los últimos años.
Parte de su crecimiento también se atribuye a su compañero de fórmula, Edman Lara, exoficial de policía que ganó notoriedad en redes sociales por denunciar casos de corrupción en la institución. Aunque su estilo frontal generó polémica -con declaraciones agresivas y comparaciones desafortunadas-, logró conectar con un electorado desencantado con la clase política tradicional.
Los seguidores de Quiroga lo acusaron de ser un “caballo de Troya” del MAS, debido al apoyo que recibió de algunos sectores antes cercanos al oficialismo, algo que Paz negó enfáticamente. “No somos de izquierda ni de derecha. Somos una generación que quiere que Bolivia produzca y crezca sin tutelas”, afirmó en su discurso de la victoria.
El nuevo presidente asumirá el poder en medio de una economía debilitada, afectada por la escasez de combustibles, el déficit fiscal y la falta de divisas por la caída de las reservas internacionales. “Recibimos un país con muchas dificultades, pero también con un enorme potencial. Bolivia va a volver a producir y a exportar con dignidad”, prometió Paz ante una multitud en La Paz.
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