
Nueva derrota de Gimnasia en condición de visitante y esta vez fue en Mendoza, ante Deportivo Maipú y con un 2 a 0 que pudo haberse quedado corto. La derrota lo deja momentáneamente quinto al equipo jujeño.
No fue un partido más para el «Lobo». Estadisticamente puede pasar desapercibido pero las formas de perder son cuestionables. Porque desde el planteo inicial se notó mezquindad y cuando se tuvo que jugar, las imprecisiones fueron máximas y preocupantes.
¿Cómo percibir que el equipo fue caótico? Cuando tus primeras variantes se dan en el primer tiempo y así ocurrió porque Menéndez y Abet ingresaron antes de la primer media hora.
El rival nunca mostró una superioridad avasallante salvo en los últimos minutos cuando Gimnasia se descompensó en su desesperación. De hecho, la falta de ideas de los locales conspiró para que el partido sea futbolísticamente paupérrimo.
Pese a sus limitaciones, el «Cruzado» siempre quiso imponerse y le bastaron dos momentos de inspiración profunda para llevarse el partido. El primer gol vino producto de una buena jugada colectiva que culminó con un remate cruzado de Ezequiel Almirón y el segundo fue obra de la figura del encuentro, Misael Sosa, que remató desde afuera del área y con ayuda de una floja respuesta de Bigo (otra vez) la pelota entró a la portería.
Es verdad, estuvo ausente Dematei, pero un central no te arregla el déficit de, por ejemplo, errar un pase a tres metros o no poder dominar una pelota sin presión del rival. Y este tipo de problemas fue el común denominador de Gimnasia.
La derrota preocupa pero será cuestión de pensar en Ferro sabiendo que quedan seis finales y la mayoría contra equipos con el mismo objetivo del «Lobo» cuya distancia es mínima en la tabla de posiciones.
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