
De a poco, pero con paso firme, cada vez son más las mujeres que deciden ser repartidoras, ya sea como su actividad principal o para generar ganancias adicionales en su tiempo libre.
Debido a la simpleza y rapidez con la que una persona puede registrarse para comenzar a repartir, esta actividad se ha posicionado como una de las grandes alternativas para contar con una nueva fuente de ingresos rápidamente y sin la necesidad de cumplir horarios. De hecho, de acuerdo con un estudio realizado por Quiddity, el 90% de los argentinos y argentinas afirman que en contextos difíciles, las apps permiten que miles de personas puedan trabajar.
Según datos de la compañía de tecnología Rappi, del total de las personas que se conectan a la aplicación para repartir, un 20% son mujeres y el 80% restante son hombres. Si bien a través de la app es posible realizar la actividad mediante múltiples medios de transporte (a pie, bicicleta, moto o auto), este número tiene concordancia con el informe presentado por la Agencia Nacional de Seguridad Vial de Argentina que establece que sólo el 28% de las licencias de conducir emitidas a nivel nacional pertenecen a mujeres. Al observar en particular el total de conductores activos de moto, sólo el 21,3% son mujeres, y en el caso de los automóviles, las mujeres representan un 18,6%.
«Muchas mujeres tienen responsabilidades familiares y laborales que les impiden trabajar en horarios fijos, por lo que repartir a través de Rappi les brinda la oportunidad de ganar dinero en momentos que se ajusten a sus horarios y necesidades. En promedio, observamos que el 40% de las mujeres prefiere conectarse para generar ganancias entre las 13 y las 19 horas, un 35% durante la noche y un 25% por la mañana», aseguró Micaela Miodownik, gerenta de Operaciones para Rappi Argentina y Uruguay.
Alice y Winifer: su experiencia como repartidoras
«El trabajo da libertad y empodera a hacer ciertas cosas que, si no lo tenés, no podés. Es bueno el lugar a donde llegó la mujer, hace algunos años era imposible pensar en la existencia de mujeres repartidoras. Yo estoy feliz de ser repartidora», reflexiona Alice Leiva, de 62 años y oriunda de Rosario, Santa Fe.
Alice, durante más de de 10 años trabajó en una oficina, luego fue acompañante terapéutica y durante un tiempo complementó ese trabajo con Rappi. Ella se sumó a la plataforma para entregar pedidos durante la pandemia, luego de que un repartidor le recomendó que la utilizara. Este año planifica retomar la carrera de psicología, de la que ya es estudiante avanzada: «la libertad de poder repartir el tiempo que yo disponga me da la posibilidad de dedicarle tiempo a avanzar con las materias que me faltan.»
Otro caso es el de Winifer Avilán, una joven de 26 años que vive con su novio y su perrita, comenzó a repartir en bicicleta en 2018 y en septiembre del año pasado pudo comprar su primera moto a través de un crédito. Cuando llegó a Buenos Aires desde su Venezuela natal, conseguir empleo no era tarea fácil, por lo que encontró en Rappi una manera de generar ingresos mientras se instalaba en el país. Sin embargo, con el tiempo se convirtió en su actividad principal: «la app me da la posibilidad de elegir los momentos en los que quiero repartir, a la vez que conozco la ciudad desde otro ángulo, conozco nuevas personas, sus historias de vida y generamos comunidades. Es único, no se podría lograr eso estando 8 horas sentada en una oficina».
Cuáles son los requisitos para registrarse como repartidora y cuánto se gana
Cada aplicación tiene su procedimiento habitual para sumar nuevas personas en su plataforma. Sin embargo, desde Rappi aseguran que en tan sólo 24 horas se puede tener un perfil habilitado y a la semana ya contar con ingresos adicionales.
Para poder registrarse es necesario descargarse la aplicación «SoyRappi», disponible en Google Play. El proceso es muy simple: en una primera etapa se solicita ser mayor de edad, presentar documento nacional de identidad (DNI), certificado de residencia precaria o pasaporte, y contar con un celular con datos móviles.
A la hora de decidir qué medio de transporte se utilizará para entregar los pedidos, puede optarse por bicicleta, a pie, moto o auto. Para las últimas dos opciones también se deberá compartir cédula verde o azul, licencia de conducir y comprobante de seguro en vigencia.
Al tratarse de una actividad independiente, el dinero se obtiene por cada pedido entregado. Hay varios factores que entran en juego: distancia, tiempo, complejidad del pedido, condiciones climáticas y horario, entre otros. A ello se suma la propina ofrecida por el cliente que, en el caso de Rappi, el repartidor cobra en su totalidad.
Según los datos proporcionados por la compañía, una repartidora que habitualmente se conecta 10 horas o menos por semana podría obtener ingresos semanales de hasta $22.000, sin contar las propinas. En la misma línea, las personas que toman esta actividad como la principal, dedicándole entre 30 y 40 horas semanales, podrían conseguir más de $320.000 en un mes, sin contar las propinas.
Las personas que eligen repartir a través de Rappi cuentan con un seguro gratuito que ofrece cobertura de accidentes durante el reparto. Aunque la repartidora haya aceptado un solo pedido en el día, durante su actividad tiene garantizado el reintegro de gastos farmacéuticos, la asistencia prestacional y el remolque de la bicicleta o moto. Incluye, además, servicio de emergencias, una línea 0800 para llamar en caso de incidentes y atención médica las 24 horas, todos los días de la semana.
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