septiembre 13, 2025

«El kirchnerismo colonizó al peronismo»

Los K hablan del peronismo cuando necesitan usar el sello, se lamentó Eduardo Menem.

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Hoy no me siento representado por las autoridades que se hicieron cargo del partido, se quejó Eduardo Menem. Para el ex senador por La Rioja, la confrontación permanente se instaló en la política argentina desde 2003, año en que la familia Kirchner llegó al poder.

Fue senador durante 22 años y presidió Argentina -como tercera autoridad del Estado- por 280 días; tomó juramento a Carlos Menem, su hermano, cuando este asumió el cargo como mandatario en 1989, y lideró la Convención para la reforma de la Constitución en 1994.­

Eduardo Menem sigue perteneciendo al Partido Justicialista. «No he cambiado mi afiliación, pero hoy no me siento representado por las autoridades que se hicieron cargo del partido, porque son kirchneristas», expresa el abogado durante la entrevista.­

Muy crítico con la «confrontación permanente» que, considera, se ha instalado en la política argentina «desde 2003», con los mandatos de Néstor Kirchner (2003-2007), Cristina Fernández (2007-2015) y el actual de Alberto Fernández, siente que «el kirchnerismo ha colonizado al peronismo».­

«Hablan del peronismo cuando necesitan usar el sello, pero, si no, hablan de Frente de Todos, antes Frente para la Victoria, hablaban de Unidad Ciudadana… Pero no nombraban al peronismo. Cuando lo necesitan, sí. Creo que han desvirtuado los principios fundamentales del peronismo», afirma.­

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MENEM POR MENEM­

Frente a lo que él llama «la política como conflicto» y califica de «clima de odio», defiende los dos gobiernos de Carlos Menem señalando que «se vivía un clima de democracia y no había enfrentamiento como hay ahora, donde se habla de la brecha».­

«Si hay algo de lo mucho que se puede rescatar del presidente Menem es que estableció en el país un clima de no confrontación, un clima de concordancia, un clima de buenas relaciones, un clima sin persecuciones, no se persiguió a nadie, no había listas negras en los medios», explica el ex senador.­

Menem resalta la política económica, que incluyó la convertibilidad peso-dólar en un contexto de hiperinflación y la privatización de empresas estatales, y la exterior -con la inclusión de Argentina en la creación del Mercosur en 1991- como aspectos relevantes de la gestión de su hermano.­

«Esto no gustó a los de izquierda, otros vieron con envidia que Menem hizo cosas que ellos no pudieron hacer y empezó una campaña de demonización» de su figura, «que llegó a límites ridículos», denuncia Eduardo Menem, ocho años menor que el ex presidente, fallecido en 2021.­

En su opinión, «la gente pudo planificar un futuro», mientras que en la actualidad «cambian las reglas del juego todos los días», lo que «no es saludable para traer inversiones» a Argentina.­

«El problema de nuestro país es que el Estado no genera confianza, el Gobierno no genera confianza, no hay seguridad jurídica», expresa.­

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SU DESAFIO «MAS GRANDE»­

A sus 84 años, y tras dejar el Senado en 2005, mantiene una vida activa, que incluye gimnasia doméstica y el ejercicio intelectual que siempre cultivó, como el que le llevó a presentar su tesis doctoral en 2011, 48 años después de finalizar la carrera de abogado, y publicar libros como «Derecho procesal parlamentario» o «Los derechos de la mujer».­

El miércoles pasado presentó en Buenos Aires su última obra, «Crónicas de la Convención Constituyente de 1994» (Ciudad Argentina, 2022), un escrito de 720 páginas sobre lo que califica como el «desafío más grande» de su vida.­

«Estuve al frente del Senado 10 años, estuve a cargo del Poder Ejecutivo 284 días, pero el desafío más grande fue presidir la Convención Constituyente que reformaba la ley fundamental de nuestro país. Presidir eso para mí fue una gran responsabilidad, pero también un gran honor», explica.­

La reducción del mandato presidencial de 6 a 4 años,, el secreto profesional o la creación del defensor del pueblo fueron incorporaciones en aquella reforma que, según Menem, fue la «más legítima y democrática de toda la historia argentina» y que pudo llevarse a cabo por el «clima de mayor tolerancia» presente en el país tras el fin de la última dictadura militar.­