
Alberto Fernandez junto al Ministro de Economia Martin Guzman y el de Desarrollo Productivo Matias Kulfas
Alberto Fernández cree que el acuerdo con el FMI sirvió para auyentar el fantasma de una devaluación y estabiliza la macroeconomía. ¿Qué van a hacer para contener la inflación?
Pese a las nuevas embestidas desde el kirchnerismo, Alberto Fernández ratificó una vez más al equipo económico que comandan Martín Guzmán (Ministerio de Economía), Matías Kulfas (Desarrollo Social) y Claudio Moroni (Trabajo), y se puso como uno de los principales objetivos, cumplir con el programa acordado con el FMI que dice, «ayudó a estabilizar la macroeconomía», con señales como la incipiente baja del dólar blue y el constante crecimiento económico y de empleo que muestran los números formales de la Economía.
Hay señales amarillas. Pero el Presidente y su entorno, descartan que estemos en la víspera de una híperinflación como sucedió con el fin del gobierno de Raúl Alfonsín en 1989, como pareció advertirle Cristina Kirchner al regalarle un libro que narra la crisis de aquella época.
El Presidente le dice a su entorno más cercano que tras conseguir el acuerdo con el FMI, «ahora hay que concentrarse en hacer cumplir los acuerdos de precios y permitir la reapertura permanente de paritarias para que los salarios no corran detrás de la inflación».
Aunque en algún momento se debatió internamente la posibilidad de otorgar un bono especial por decreto para todos los asalariados, como el anunciado de $6000 para los jubilados y pensionados de la mínima, con el objetivo de «poner plata en el bolsillo de la gente», Alberto Fernández privilegió la postura de Guzmán, que dice: no hay recursos para financiar una política como la que piden algunos sectores desde el propio oficialismo. En cambio decidió abrir las paritarias para todos los sectores de la economía.
Los bonos solo se van a repetir, en caso de ser necesario, para seguir fortaleciendo el poder adquisitivo de los jubilados, pero el Gobierno ya descarta de plano la posibilidad de volver a un IFE (como reclama el kirchnerismo) o un bono fijo para salarios privados, como aconsejaban sectores de movimientos sociales oficialistas.
Finalmente, se impuso esa postura en la denominada «mesa tripartita» que inauguraron Guzmán, Kulfas y Moroni la semana pasada y repitieron este miércoles con las cúpulas de la Unión Industrial Argentina (UIA) y la CGT.
El propio Presidente intercedió en la interna entre el moyanismo y los gordos, para conseguir que el poderoso gremio de los Camioneros participe de las negociaciones; en la última semana había amenazado con despegarse del Gobierno y sumarse a las críticas del kirchnerismo contra la política económica y el acuerdo con el FMI.
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