julio 2, 2025

Lo que dicen las encuestas

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Aunque las encuestas dicen lo contrario, hay sectores del kirchnerismo que creen todavía posible dar vuelta el resultado de las PASO en la provincia de Buenos Aires o al menos achicar la diferencia para que Cristina Kirchner siga teniendo dominado al peronismo.­

Pero lo peor para el gobierno no es la unanimidad de los pronósticos de derrota, sino su nula capacidad de rectificación. Repite una y otra vez el libreto que lo llevó al desastre de septiembre; se ignora si por obstinación o falta de creatividad. Lo cierto es que no se puede reinventar.­

Tres fueron los ejes de la campaña del Frente de Todos: el plan `platita’, el `ah, pero Macri’ y los mensajes `nac & pop’. Ninguno parece estar funcionando. El `plan platita’ fue celebrado públicamente por el candidato Daniel Gollan, lo que le valió el repudio opositor y el exilio de la campaña. La dádiva se da, pero no se proclama, fue el mensaje mientras el clientelismo se redoblaba. No sólo reparto de efectivo, electrodomésticos y planes en el conurbano, sino partidas para provincias peronistas en las que Cristina Kirchner tiene especial interés como la de Buenos Aires y las que renuevan senadores nacionales.­

La dádiva tiene una larga trayectoria de éxitos electorales, pero hay quienes creen que no alcanzará. ¿Por qué? Porque el Gobierno mató el futuro. Lo hizo dejando a los niños más pobres sin clases y a sus padres sin ingresos. Todas las encuestas sobre expectativas generales y personales dan resultados negativos. El futuro es el principal insumo en la campaña de un político. No hay termotanque ni `platita’ que lo reemplace.­

La idea del `ah, pero Macri’ fue desaconsejada por los `campaigners’ del Gobierno, pero parece ser un reflejo pabloviano del kirchnerismo. Alberto Fernández llegó a criticar a Mauricio Macri hasta en el G20 confundiendo el foro de las naciones más poderosas de la Tierra con un acto en La Matanza.­

Pero el problema no es el nulo talento discursivo del Presidente, de Kicillof o de la vice, sino sus efectos: la polarización no juega a su favor como consecuencia de la pésima gestión. Basta ver cuánto crecieron Macri, Bullrich y otros anti K en las últimas semanas para comprobar que los engordó el ser atacados por un gobierno que fracasó. Con una imagen negativa del 65 por ciento polarizar equivale a suicidarse.­

Por otra parte, perseguir judicialmente al ex presidente con una causa ridícula tampoco sirve para la campaña: lo victimiza y le sumó solidaridad hasta de presidentes de toda América Latina.­

Por último los mensajes `nac & pop’ tampoco atraen votos de afuera de la grieta. De nada sirve que Fernández diga que no se arrodillará ante el FMI o que Martín Guzmán diga que la oposición es «antiargentina». Eso queda para Ishii, no para un cuadro académico apadrinado por Stiglitz. En discípulos de Columbia, el patoruzismo suena falso, sobreactuado. Una mala gestión no se compensa con una mala campaña; por lo contrario exige aguzar el ingenio. Es eso lo que están diciendo las encuestas.­